Fecha: 25/10/2024

El pasado miércoles 23 de octubre, el Consejo Regulador de la Pequeña DO Pla de Bages organizó un acto conmemorativo en el Monasterio de Montserrat para iniciar la celebración del milenario de Montserrat y el 30 aniversario de esta Pequeña DO barcelonesa. El evento contó con la asistencia de unas cincuentena de personas, entre bodegas, viticultores y entidades vinculadas a la DO.

La jornada comenzó con una bienvenida en la sala principal del hotel Abat Cisneros, donde el señor Carles Playà i Maset, Presidente del Consejo Regulador DO Pla de Bages; el señor Joan Giner i Albesa, reciente director del Instituto Catalán de la Viña y el Vino (INCAVI); y el Padre Bernat Juliol, Subprior y Mayordomo de la Abadía y Comisario del Milenario Montserrat 2025, dieron la bienvenida a los asistentes. El Padre Bernat destacó que antiguamente, el Mayordomo era el encargado de la bodega del Monasterio.

Posteriormente, se llevó a cabo la cata histórica a cargo de Romina Ribera, arqueóloga, historiadora y sumiller de Glops de Historia, que explicó la relación profunda y milenaria entre el viñedo y el vino y el Monasterio de Montserrat.

Desde su fundación, el monasterio ha estado vinculado estrechamente con la producción vinícola, puesto que el vino no sólo era un elemento central de la vida monástica y religiosa, utilizado en las celebraciones litúrgicas, sino también un producto esencial para la subsistencia económica del monasterio. Los donativos de viñedos consolidaron el rol del monasterio como gran productor de vino en la región. Estos viñedos no sólo aseguraban la autosuficiencia del monasterio, sino que también servían para alimentar a su comunidad y acoger a peregrinos. La relación con Sant Benet de Bages, otro centro espiritual y vitivinícola de gran importancia, refleja la red de viñedos que rodeaba Montserrat, una estructura que se ha mantenido a lo largo de los siglos y que refuerza el legado vitivinícola de la región. La historia del vino en Montserrat es, pues, un testimonio vivo de su presencia en el corazón de la cultura y espiritualidad catalanas, haciendo del vino no sólo un producto, sino una expresión de la identidad del territorio.

La Pequeña D.O. Pla de Bages, establecida hace 29 años, destaca por la defensa de los de los inicios de la variedad autóctona Picapoll como identitaria del territorio, por el hecho de que todas las bodegas tienen viñedo propio y por la distribución del viñedo en un mosaico agroforestal de pequeñas parcelas rodeadas de bosque. La gran cantidad de barracas y las tinas a pie de viñedo son el legado de un territorio con una tradición vitivinícola que se remonta a la época romana, continuada y preservada por generaciones de viticultores.