Fecha: 7/08/2018

«Estamos preocupados por el mildiu, como todos los años, aunque nos hemos librado de la piedra de las tormentas», asegura Alejandro González, responsable técnico de la DO Tierra de León. Considera que la vendimia no arrancará antes del 15 de septiembre. El pasado año, esta comarca fue la más perjudicada por la sequía y las heladas con una pérdida de cosecha del 70% frente al año anterior. Pues bien, «los daños tardarán en desaparecer unos cuatro o cinco años», y la previsión es que la cosecha se quede en el 55% respecto a un año normal.

Por el contrario, la DO menos afectada fue Arribes, donde se esperar recolectar alrededor de un millón de kilos de uvas, según ha calculado su director técnico, Carlos Capilla. Esta zona está libre de enfermedades, aunque es pronto para detectar si hay mildiu larvado.

Los viticultores también se han visto obligados a tratar contra el oidio en una zona que ha registrados nieblas en pleno verano. «El envero presenta un retraso de 15 o 20 días y la vendimia comenzará a finales de septiembre, las fechas de siempre», según Teresa Antón, directora técnica de la DOP Valles de Benavente.

«Después de una campaña desastrosa como la del año pasado a causa de las heladas y la sequía, la viña está muy bien porque tiene reservas de agua», ha apuntado José Ignacio Marqués, director técnico de la DO Arlanza. El oidio también es endémico en esta zona y los viticultores han tratado las parcelas afectadas. En 2017 se recogieron 510.000 kilos con una merma del 40% respecto a los 1.250.000 kilos de 2016, año en el que se registró un récord histórico, aunque Marqués no cree que se repita en esta campaña. Piensa que la vendimia comenzará hacia la segunda semana de octubre. Las heladas y las granizadas han sido puntuales, y no han afectado de forma importante. «Hemos tenido suerte porque esto es una lotería», ha señalado.

Los racimos han cuajado también bien en los viñedos de la DOP Tierra del Vino de Zamora, donde hubo alguna helada puntual a finales de abril. Esta comarca «no suele estar afectada por las enfermedades porque está muy aireada», según ha explicado José Manuel Braña, quien augura «una cosecha buena, después de la horrible que fue la del año pasado». En 2017, vendimiaron medio kilos de uva y este año confía en que se alcance el millón.

«Ha llovido para aburrir, hay mucha humedad y días de niebla, por lo que es un año complejo y se va a perder producción por el mildiu y el oidio, que han obligado a tratar este año la viña», ha explicado Miquel Udina, el director técnico de la DOP Sierra de Salamanca, quien prevé cerca de un 20% menos de kilos en algunas parcelas. Al mismo tiempo, «va a ser una cosecha muy interesante, tipo las de 2004 y 2014, porque es un año más fresco y la uva tiene mayor acidez».