Fecha: 30/05/2017
El comité de cata de la Denominación de Origen (DO) Manchuela ha calificado como “muy buena”, con 8,5 puntos, la campaña 2016-2017 para los vinos elaborados en esta zona de producción que comprende 70 municipios en las provincias de Cuenca y Albacete.
En un encuentro celebrado en la sede de la DO Manchuela en Villamalea (Albacete), los enólogos y expertos que componen el comité han evaluado, en una cata a ciegas, un total de 103 muestras de tintos, rosados y blancos de la última añada, así como tintos crianzas, reservas y grandes reservas que salen este año de las bodegas acogidas a este sello de calidad.
El enólogo y vocal técnico de la DO Manchuela Rafael Orozco, ha afirmado que “hay un gran futuro en esta nueva cosecha que está saliendo”, con vinos tintos y rosados “espectaculares” y “muy buenos” blancos que son el reflejo, según ha indicado, del buen trabajo que se está haciendo a pie de campo y con la aplicación de las últimas innovaciones a los procesos de elaboración.
Dentro de los tintos destacan los jóvenes de syrah y cencibel, variedades que “se están adaptando muy bien a la zona de DO Manchuela” y, especialmente, los de bobal, la uva autóctona con la que se están consiguiendo vinos “de gran calidad, con gran intensidad colorante y golosos, aterciopelados y muy largos en boca”.
En cuanto a los blancos, Orozco ha señalado que “han acusado algo los episodios de calor y sequía del último año y son un poco menos aromáticos de lo esperado”, aunque hay varietales de verdejo o sauvignon-blanc, entre otras, que han resultado “de altísimo nivel”, mientras que los rosados también sobresalen por su calidad.
Como “punto fuerte” de esta campaña el vocal técnico de la DO Manchuela y miembro del comité de cata ha vuelto a insistir en el buen comportamiento de los tintos con uva bobal, “a la altura de cualquier varietal de renombre del mundo” pero que, hasta hace muy poco, “ha sido la gran desconocida en cuanto a vinos embotellados de calidad”.
El comité de cata de la DO Manchuela califica la cosecha de acuerdo a las directrices de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), con una puntuación máxima de 10 y un sistema en el que se busca el máximo rigor y objetividad a la hora de analizar cada una de las muestras, que se prueban ocultando su procedencia.
La nota global alcanzada en esta ocasión, un 8,5, es la misma que se obtuvo en 2015-2016 y tres décimas inferior a la de la cosecha 2014-2015 (8,8), en ambos casos también designadas como ‘muy buena’.
Deje su comentario