Fecha: 17/08/2018
La Moscatel y la Chardonnay son las variedades que inician la campaña de vendimia que comenzó ayer, 16 de agosto, en la DO Binissalem. En las próximas semanas, las seguirán el resto de variedades blancas y tintas, locales y foráneas.
Para iniciar la vendimia, los viticultores valoran el grado de maduración idóneo, es decir, tanto la concentración de azúcares como la maduración fenólica, que determinará el momento óptimo en función del vino al que se destine esta uva, parámetros condicionados por la disponibilidad de agua y por la temperatura ambiental.
Aunque nos estamos acostumbrando a épocas de sequía y a olas de calor, cada añada tiene sus peculiaridades y ésta no es una excepción.
En la comarca de la DO Binissalem, en esta campaña, podemos destacar una buena reserva hídrica acumulada durante el invierno y una primavera fría y húmeda, que han sido claves para garantizar las reservas de agua que las cepas necesitan para su desarrollo y para afrontar la falta de lluvias y las elevadas temperaturas, registradas en julio y agosto.
Las lluvias de mayo y junio provocaron, en algunas zonas, la aparición de focos de “Mildiu”, un hongo que afecta principalmente a las hojas pero que, en época de floración y cuajado de la flor, puede afectar, de manera importante, a la uva. Este hecho, ha obligado a los viticultores a estar muy pendientes de la viña para hacer los tratamientos oportunos, que han permitido controlar la enfermedad.
La ola de calor de finales de julio y principios de agosto, ha dejado récords de temperaturas máximas y mínimas que han acelerado un poco el proceso de maduración del fruto, principalmente de las variedades más tempranas. Aun así, la vendimia se inicia 9 días más tarde que la del 2017.
Las últimas lluvias registradas, en forma de tormentas puntuales y localizadas, retrasarán un poco el proceso de maduración de otras variedades de uva más tardías y, tal vez, obligarán a viticultores y bodegas a un trabajo más cuidadoso en el momento de la vendimia, con selección en campo y también a la entrada de uva en la bodega, para garantizar que la uva está sana y tiene la calidad deseada, para obtener los vinos característicos de la DO Binissalem.
La tipología de suelos de la comarca de la DO Binissalem, con gran cantidad de elementos gruesos, permiten un buen drenaje y, junto con las prácticas de cultivo y la orientación de los viñedos, son factores claves para minimizar el efecto de estas lluvias.
Cabe destacar que las variedades locales, generalmente, tienen muy buena respuesta a las condiciones climáticas propias de la zona, a las que están bien adaptadas, permitiendo obtener vinos de calidad con características diferenciales y singulares de la DO Binissalem.
En general, se prevé una producción moderada, en cantidad, y de buena calidad.
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